Sauternes, a 65 km al sur de Burdeos, es un pueblo conocido por sus vinos dulces de gran calidad. Aunque algunas bodegas elaboran vinos secos, los venden bajo otras denominaciones distintas a la de Sauternes, que es específica de los vinos dulces. El pueblo está rodeado por todas partes de viñedos, los mejores de los cuales producen algunos de los vinos de postre más prestigiosos, duraderos y caros del mundo. Una media botella de Sauternes añejo de alta calidad de una buena añada puede venderse por más de 1.
000 dólares. El Sauternes clásico tiene un color dorado intenso (más oscuro que la mayoría de los vinos de postre), que se convierte en un color ámbar intenso con el envejecimiento en botella. Sus aromas incluyen flores y frutas de hueso, con un toque de madreselva, el sello de los vinos botritizados. Los mejores vinos equilibran la dulzura con la acidez, la concentración con la frescura y la potencia con la elegancia.
Los vinos de Sauternes se elaboran principalmente con la uva Sémillon, que representa aproximadamente ocho de cada diez cepas del viñedo local.
