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Hungría, en Europa Central, se ha ganado su reputación en el mundo del vino con sólo unos pocos estilos de vino, pero durante siglos ha sido una nación productora de vino de considerable diversidad. Además de los vinos dulces de Tokaj y la Sangre de Toro de Eger, la gama de vinos húngaros incluye blancos secos de las orillas del lago Balatón, Somló y Neszmély, y tintos más finos de diversas regiones como Villány, Sopron y Szekszard. La cultura vinícola húngara se remonta a la época romana y ha sobrevivido a muchos desafíos políticos, religiosos y económicos, como el dominio islámico en el siglo XVI (cuando se prohibió el alcohol) y la epidemia de filoxera a finales del siglo XIX. Las modernas regiones vinícolas húngaras están repartidas por todo el país.

Sopron, en el noroeste, está separada de Tokaj, en el noreste, por 370 kilómetros y de Hajós-Baja, en el sur, por unos dos tercios de esa distancia. Entre estas dos zonas clave se encuentran las 22 regiones vinícolas oficiales del país, cada una con su propia mezcla de cultura, historia, terruño y estilo de vino. Los viñedos de las llanuras del sur, por ejemplo, son muy diferentes de los viñedos de las orillas de los lagos del oeste y de las estribaciones del noreste. La parte oriental de Hungría está rodeada por los Cárpatos, que influyen considerablemente en el clima local, protegiendo la tierra de los vientos fríos que, de otro modo, soplarían desde toda Polonia y el oeste de Ucrania.

El clima, generalmente continental, también está moderado por los lagos Balaton y Neusiedl, lo que permite una temporada de crecimiento más larga y templada. Las principales variedades de uva que se cultivan actualmente en los viñedos húngaros son una mezcla de variedades regionales tradicionales y de variedades internacionales de origen francés, más conocidas y más fáciles de comercializar. Las variedades tradicionales de vino blanco húngaro son Furmint y Hárslevelű (las uvas blancas utilizadas en Tokaj), Olaszrizling, Leányka y Kéknyelűkekfra. A ellos se han unido recientemente una serie de nuevos cruces como Irsai Olivér, Cserszegi Fűszeres, Zefír y Zenit, algunos de los cuales fueron creados localmente por ampelógrafos húngaros.